En la fase final más ‘universal’, con once sedes, ha habido tres prórrogas más que en las ediciones de 1996 y de 2016. España jugó tres, las mismas que su verdugo y a la postre campeona, Italia.
En cuanto a tandas de penaltis, Suiza, España e Italia tuvieron que lanzar dos. La ‘Nati’ y la ‘Roja’ ganaron una y perdieron otra, y la ‘Azurra’ venció las dos, en Semifinales ante el cuadro de Luis Enrique Martínez y en la Final ante Inglaterra. Las cuatro tandas supone igualar la marca que poseía la edición disputada en tierras inglesas en 1996.
Curiosamente, también se batió el récord de penas máximas señaladas y falladas (17 pitadas y erradas ocho). Pese a ello, es la Eurocopa con mejor porcentaje de goles desde que hay fases de grupos (comenzó en 1980), con 2.79 por encuentro. En total se han marcado 142 dianas, por los 108 conseguidos en Francia 2016, el primer torneo en el que participaron 24 selecciones. Se batió el récord de una fase final cuando el croata Mislav Orsic marcó contra España en Octavos de Final.
También se superó el registro de goles en propia meta, con once; el inglés Luke Shaw consiguió el tanto más rápido en una Final al minuto y 57 segundos; el checo Patrik Schick marcó la diana más lejana contra Escocia desde 45 metros y 44 centímetros.
Cristiano Ronaldo se convirtió en el hombre récord de fases finales disputadas, con cinco, y de anotaciones con 14; España fue el primer equipo que marca cinco tantos en dos partidos seguidos; y la diana ante Austria de Federico Chiesa le permitió convertirse junto a Enrico en el primer dúo padre-hijo que marca en las fases finales.
