Ciudad de México.- El administrador, Américo Villarreal Anaya, generó crítica social este fin de semana al supervisar el repintado de las “Estaciones Seguras TAM” que albergan a la guardia estatal.
Dichas estaciones habían sido inauguradas por el exgobernador Francisco García Cabeza de Vaca, pero en «berrinche» del actual gobernador, fueron repintadas de color guindo. Esta acción ha sido criticada por muchos ciudadanos, ya que se percibe como una falta de respeto al patrimonio estatal y un derroche innecesario de recursos públicos.
Durante su recorrido por las “Estaciones Seguras TAM”, Villarreal Anaya también anunció un aumento salarial de $48 pesos al mes para los policías estatales. Sin embargo, este gesto es insuficiente si se considera que el estado ha experimentado un aumento del 35% en la delincuencia desde que MORENA tomó el poder.
Los delitos que más destacan son los secuestros, enfrentamientos y desapariciones forzadas a manos de grupos criminales, así como el robo de combustible, conocido como «huachicoleo».
Cabe señalar que durante la administración de García Cabeza de Vaca, las “Estaciones Seguras TAM” lograron reducir la delincuencia en las carreteras en un 90%, según datos del Secretariado Ejecutivo Nacional de Seguridad Pública. Es evidente que algo se ha perdido en la transición de poder, y los ciudadanos tamaulipecos exigen una solución a este problema que afecta su seguridad y calidad de vida.
En lugar de centrarse en cuestiones simbólicas como el repintado de las “Estaciones Seguras TAM”, el gobernador Villarreal Anaya debería enfocarse en implementar estrategias efectivas para reducir la delincuencia en Tamaulipas.
Es necesario un enfoque integral que aborde las causas profundas de la violencia y el crimen organizado en la región, y no solo medidas superficiales que no resuelvan el problema de fondo.
La seguridad de los ciudadanos tamaulipecos debe ser una prioridad absoluta para cualquier gobierno que se precie de ser efectivo y comprometido con su pueblo.