San Cristóbal de las Casas, Chis; 21 de agosto.- En una escalofriante muestra de la violencia que azota Chiapas, un grupo armado irrumpió en la madrugada de hoy en el hogar de Ariel Grajales Rodas, director del portal informativo que ha expuesto de manera incisiva la creciente crisis de seguridad en el estado. La agresión, que ha dejado al periodista gravemente herido, subraya la desesperada necesidad de una respuesta contundente ante la creciente ola de violencia contra los medios de comunicación en la región.
A las 00:30 horas, los atacantes, sin piedad, forzaron la puerta de la residencia de Grajales Rodas, situada en la 7ª Poniente del barrio Esquipulas en Villaflores. Sin mediar palabra, dispararon contra el periodista, dejándolo en un estado crítico. Tras el brutal ataque, fue trasladado de urgencia a un hospital en Villaflores, a 120 kilómetros de la capital estatal, Tuxtla Gutiérrez.
La Fiscalía General del Estado de Chiapas confirmó que el ataque fue perpetrado por un grupo de hombres armados que entraron a la fuerza en el domicilio de Grajales Rodas, hiriéndolo con proyectiles. En un intento por calmar las aguas, la Fiscalía ha prometido un “compromiso de aplicar el Estado de derecho” y ha asegurado que “ninguna actividad ilícita quedará en la impunidad”. Sin embargo, la credibilidad de estos compromisos se encuentra bajo una sombra de escepticismo, dada la reciente tragedia que ha golpeado a la prensa local.
El asesinato del periodista Víctor Culebro el pasado 29 de julio, director del portal Realidades, periodismo con verdad, con sede en Villaflores, subraya la alarmante tendencia de violencia que persigue a los profesionales de la información en Chiapas. Culebro fue la víctima de un atentado similar, marcando una escalofriante coincidencia en los ataques contra periodistas en la región.
Este nuevo ataque a Grajales Rodas no solo pone en evidencia la peligrosidad inherente al ejercicio del periodismo en Chiapas, sino que también plantea serias preguntas sobre la eficacia de las autoridades en la protección de los derechos de los periodistas y la salvaguarda de la libertad de prensa. La violencia en contra de los comunicadores no es un simple incidente aislado; es un ataque directo a la libertad de expresión y al derecho de la sociedad a recibir información veraz.
Mientras la Fiscalía promete justicia, la comunidad periodística y los ciudadanos de Chiapas observan con creciente preocupación y desconfianza, preguntándose si este será otro caso en el que las promesas oficiales se queden en el aire, sin un verdadero avance en la lucha contra la impunidad y la violencia que asola al estado.