McAllen Texas,.- El “chayote” mexicano alcanzó este fin de semana un precio histórico, pero no precisamente en los mercados de abastos. Agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) en Texas frustraron el paso de un cargamento que, bajo la inocente fachada de “pera vegetal”, escondía un tesoro mucho más rentable que cualquier cosecha: 8.9 millones de dólares en metanfetamina.
El operativo, realizado durante una inspección vehicular rutinaria, dejó al descubierto más de 3 mil paquetes de droga ocultos entre los costales de chayote, ese humilde vegetal verde de forma alargada y sabor insípido que hoy se roba los reflectores, pero por razones poco saludables.
Según el informe oficial, el cargamento había sido manifestado como producto agrícola, intentando aprovechar la imagen inocua de uno de los alimentos más comunes en la dieta mexicana. Sin embargo, la tecnología y el olfato de los oficiales fronterizos revelaron lo que realmente viajaba entre las verduras: un cargamento de metanfetamina con un valor estimado de casi nueve millones de dólares.
Mientras tanto, la noticia despierta entre risas y preocupación en ambos lados de la frontera. En México, el chayote suele ser sinónimo de soborno o complicidad en el argot político, pero parece que ahora también se usa como vehículo para el trasiego de estupefacientes.
La pregunta obligada es: ¿cuántos cargamentos similares han cruzado sin ser detectados? Y, más aún, ¿qué tanto han perfeccionado los grupos criminales sus técnicas para camuflar la droga en mercancía legal?
Las autoridades estadounidenses celebran el golpe al narcotráfico, pero el decomiso deja en evidencia los métodos cada vez más sofisticados —y hasta creativos— de los traficantes para burlar los controles fronterizos. La estrategia del chayote demostró ser ingeniosa, aunque no lo suficiente para engañar a la CBP.
Por ahora, el cargamento fue asegurado y se abrió una investigación para dar con los responsables. Mientras tanto, el “chayote” de exportación quedará bajo sospecha y, para muchos, la próxima vez que lo vean en su mesa, no dejará de recordarles que en la frontera, hasta el vegetal más simple puede esconder millones… aunque no precisamente en vitaminas.