Delicado y complicado el estallamiento de la violencia en la capital mexicana en días pasados, donde atentaron miembros de la delincuencia organizada contra el jefe de la policía, Omar García Harfuch.
Y este comienzo no es porque no tenga explicación el fenómeno de la violencia, sino por la cantidad de variables que vienen en el análisis. Partiendo desde el nivel de sofisticación al falsificar la rotulación de una empresa de construcción transaccional hasta la utilización de chalecos luminiscentes de empleados de obra o servicios públicos.
Esto da por hecho el descuido en el levantamiento de datos por parte de la Secretaría de Seguridad Ciudadana y la complejidad en la no existencia de una política criminal en la Secretaría de Seguridad Pública en la Ciudad de México; si ya habían recibido amenaza, por ello tenían una camioneta con protección balística de alto nivel.
Esto nos deja un salto negativo en términos cuantitativos, de organización delictiva y de reacción táctica de guerrilla.
Cuatro células de 7 elementos fuertemente armados, granadas de humo, fusil barret calibre 50, operación de espionaje y logística criminal supera a toda protección de proximidad en cualquier ciudad del mundo; la única ventaja fue la respuesta inmediata de los policías en activar alertas y en llegar al momento del enfrentamiento, lo que disminuyó la fuerza de embate contra el secretario Harfuch, y no del todo.
Aquí queda claro que las organizaciones criminales existen en la Ciudad de México y que no han sido controladas; se tiene que tomar en cuenta el enlace existente entre la población y las zonas más complejas de la operatividad delincuencial que si viene cierto aún no se meten con la población, interactúa con ella.
El Gobierno de la Ciudad de México, después de la detención de estos delincuentes, está ante el escalamiento de las capacidades con las que se siente el crimen organizado de actuar, es decir, si hicieron esto, es porque tenían la certeza o la probabilidad de que pudieran salir impunes e ilesos.
Alfonso Durazo debe ver la transformación de las células delictivas; el cartel jalisciense dejó en claro que hasta ahorita son los más poderosos, seguidos de Sinaloa y la alianza con el Cartel del Golfo, de ahí la atomización de carteles que se fraccionaron para domesticar a la delincuencia.
Por lo pronto las autoridades en la Ciudad de México tendrán que tener una revisión muy importante en la integridad de funcionarios públicos, así como en su estrategia de política criminal, la cual debe develar el uso de la fuerza del estado en la mitigación de la fuerza delincuencial, antes de que se vean los panoramas de Tamaulipas, Guerrero, Veracruz y Sinaloa y sea un baño de sangre en la capital.
Después de esto, el mismo Presidente López vio la «mentada de Madre» que le dieron al Estado Mexicano.
A la delincuencia se le combate con inteligencia, no con besos ni abrazos.
La UAT de manteles largos…
La Universidad Autónoma de Tamaulipas, a pesar de la pandemia, continúa su labor con las medidas para la protección de catedráticos, administrativos y alumnos. El pasado 25 de junio el Ingeniero José Andrés Suárez Fernández, rindió ante la asamblea universitaria su segundo informe de labores vía remota a los diferentes campus del estado.
Dentro de los resultados y las buenas proyecciones de la «Alma Mater» en Tamaulipas, Suárez Fernández como excelente estadista destacó la importancia de realizar una retrospectiva por las condiciones mundiales existentes y la transformación de las nuevas comunicaciones para enfrentar los nuevos retos. Para finalizar la comunidad universitaria estará de manteles largos en este mes de octubre donde la máxima casa de estudios estará cumpliendo su 70 aniversario.
Colofón
Las 12 alcaldías de MORENA en la Ciudad de México predican con el ejemplo de su jefa de gobierno Claudia Sheinbaum, siendo totalmente opacos, violando los plazos establecidos en la ley de transparencia, además de no respetar los procedimientos de la información pública.
A los alcaldes, ni a la jefa de gobierno les cae el veinte que son sujetos obligados, los cuales no tienen la voluntad política para transparentar los costos y recursos públicos utilizados a diario por sus administraciones.
La opacidad está desbaratando a los morenos en sus alcaldías, y el contrapeso panista está por tomar por asalto las próximas elecciones intermedias (…)
A chambear.