En 12 años, la revista Nexos del salinista Aguilar Camín recibió 80 millones de pesos. En apenas un año, 2019, el periódico La Jornada que dirige Carmen Lira, comadre de AMLO, cobró tres veces más: 251 millones de pesos. Tal vez por eso La Mejoresnada se ha vuelto una máquina de cromar machete made in Macuspana. Incluso sus moneros, los mejores de México, siguen ejerciendo una crítica feroz e implacable contra el presidente… Calderón.
El Por Esto!, del amigo de Obrador, don Mario Menéndez (fallecido hace poco), se fue en blanco en 2018 pero se desquitó el año pasado con 60 millones de pesos y el diario Tabasco Hoy, propiedad de otro carnal del amado líder, Miguel Cantón, consiguió los 50 millones de pesos.
Hay más: Proceso, vinculada al consejero jurídico de Presidencia, Julio Scherer, recaudó 2 millones de pesos en el último año de Peña pero con AMLO ya le pegó a los 13 millones. Televisa y TVAzteca se repartieron el 22 por ciento del presupuesto de Comunicación Social, algo así como 700 millones de pesos; El Universal, donde escribe Loret, obtuvo 85 millones y Milenio, el otro medio de la oligarquía conservadora tantas veces insultada por nuestro rabí, se hinchó con 67 millones de pesos.
Ninguno de estos pagos es ilegal, son convenios de publicidad entre gobierno y medios perfectamente normales y normados por ley.
Pero Obrador, en su necesidad por generar temas y fomentar adversarios para mantener entretenida, vociferante y enardecida a su audiencia, y urgido de encubrir el desastre epidemiológico, económico, similares y conexos que su mandato ha causado, se lanzó otra vez contra el “hampa del periodismo”.
Ya lo había hecho en mayo del 2019, cuando reveló la lista de comunicadores “curructos”, pero ayer le tocó a Nexos y Letras Libres la condena por establecer acuerdos de publicidad.
Para AMLO es más grave un arreglo legítimo y público entre empresa y estado que tomar dinero en efectivo embutido en bolsas de papel de estraza, sin razón de su origen ni de su destino e imperceptible para el SAT, hábito que su hermano Pío transformó en una de las Bellas Artes e inmortalizó en los videos que liquidaron a Lozoya.
Arribamos, Sancho, al mero pulparindo: si los gobiernos anteriores perpetraron alguna ilegalidad por dar dinero a medios, el mismo delito estaría cometiendo el fraile del guarapo hoy al favorecer a su comadre y amigos. Si además regala recursos públicos a los que en otra época consideraba adversarios y parásitos del erario, como Televisa o TVAzteca de Salinas, entonces está pisoteando su palabra y engañando a sus seguidores.
Delinque según su propio código y traiciona sus proclamas políticas de toda una vida como candidato opositor.
Lo anterior es la síntesis de dos años de 4T: AMLO es un truhán metido en un negocio de truhanes pero que, a diferencia de sus predecesores que aceptaban su naturaleza torcida sin remilgos, pretende ocultar su mala cabeza con golpes de pecho, pudores adolescentes y promesas de castidad. Quiere hacernos creer que es mozuela cuando, carajo, demasiadas veces la hemos visto ir al río.
Besitos.
Tantán.