En un informe reciente del Gabinete de Seguridad Ciudadana identificó a los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación destacan como las principales organizaciones criminales en la zona norte y centro del país, mientras que el Cártel del Golfo, cuya facción se atribuyó a la masacre de Tamaulipas la semana pasada, se solidifica como los grandes carteles del sexenio, como en su tiempo fueron «los zetas» en administraciones pasadas.
Controlando más de 25 estados; las autoridades han encontrado que estos grupos criminales se han antepuesto al gobierno y a la seguridad institucional, con alto poderío de fuego. El Gobierno Mexicano estima que el 60% de los homicidios en el país están relacionados directa o indirectamente con el crimen organizado, y este promedio se ha mantenido constante a lo largo de la administración de López Obrador.
El presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció esta semana en su conferencia matutina que “los altos índices de homicidios” que prevalecen obedecen a la operación de varios grupos del crimen organizado, aunque subrayó que se trata de organizaciones delictivas que surgieron y se fortalecieron en años pasados y no en su gobierno.
De acuerdo con el reporte oficial, el Cártel del Pacífico (también conocido como Sinaloa) domina en siete estados del norte y noroeste del país: Sonora, Sinaloa, Baja California, Baja California Sur, Durango y Coahuila. En la mayoría su dominio es total, aunque en Baja California mantiene una disputa con células del cártel de los Arellano Félix, y en Sinaloa con células del grupo de Los Beltrán Leyva.
El Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) ha consolidado su presencia en amplias regiones de ocho estados del centro del país: Jalisco, Nayarit, Colima, Michoacán, Guanajuato, Estado de México, Guerrero y Veracruz, aunque en varias de ellas en disputa con grupos locales.
Por lo que respecta al Cártel del Golfo, el reporte oficial identifica su presencia en nueve estados. En tres de ellos —Zacatecas, Aguascalientes, San Luis Potosí— su prevalencia es dominante, mientras que en los otros seis —Nuevo León, Tamaulipas, Oaxaca, Chiapas, Quintana roo y Veracruz— tiene presencia pero también disputa con otros grupos criminales.
A diferencia de los grupos del Pacífico y Sinaloa, el Cártel del Golfo no solo mantiene disputas con bandas rivales sino también con sus distintas facciones internas principalmente en Tamaulipas, donde a su vez lucha con remanentes de sus exiliados: los Zetas.
El reporte establece además que los Zetas se han aliado con otro grupo denominado Cártel del Noreste para enfrentar al Cártel del Golfo en Nuevo León, Oaxaca y Quintana Roo.
El gobierno reconoce que, aunque no tiene pleno dominio en algún territorio, el grupo criminal de los Beltrán Leyva sigue operando a través de diversas células dispersas en nueve entidades federativas: Sinaloa, Sonora, Nayarit, Nuevo León, Estado de México, Morelos, Querétaro, Oaxaca y Chiapas.
Los grupos de la Familia Michoacana y Los Caballeros Templarios, combatidos con fuerza durante el sexenio pasado, tampoco están del todo desarticulados. Aunque están divididos, ambos mantienen presencia en Michoacán, Guerrero y el Estado de México.
El resto de los grupos tienen presencia solo en una entidad federativa, aunque dos de ellos destacan: El Cártel de Juárez que mantiene el dominio de Chihuahua y su frontera con Estados Unidos; y el Cártel de los Arellano Félix que mantiene presencia en la frontera de Baja California, aunque en disputa con grupo del Pacífico.
Los grupos criminales más chicos en cuanto a presencia territorial son El Cártel de Tláhuac, y la Unión Tepito que operan en el Valle de México; Guerreros Unidos y Los Rojos concentrados en Guerrero; y Los Viagras con presencia en Michoacán.
Finalmente, el reporte identifica al denominado Cártel de Santa Rosa de Lima con operaciones en Guanajuato, pero bajo disputa con el CJNG.
Negocios y violencia organizada
De acuerdo con autoridades federales, la mayor parte de estos grupos tienen como principal actividad el narcotráfico y narcomenudeo en sus distintas modalidades. De enero a mayo de este año la Fiscalía General de la República (FGR) inició 3 mil 362 carpetas de investigación por delitos contra la salud, en los que estarían implicados estos grupos.
Pero además de lo anterior, se ha documentado por las autoridades la participación de estos grupos en múltiples actividades delictivas más como extorsiones, trata de personas, robo de hidrocarburos, secuestros, entre otros.
La Unidad de inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda advierte que estos grupos tienen la capacidad de lavar los recursos ilícitos que obtienen introduciéndolos al sistema financiero a través de prestanombres y negocios fachada. Tan solo esta semana la UIF procedió con el bloqueo de cuentas de 323 personas ligadas a los grupos criminales que operan en Guerrero y Michoacán, y que se utilizaban para lavar dinero.
En abril del año pasado Animal Político reveló que, de acuerdo con estimaciones oficiales del gabinete de seguridad, el 60% de los asesinatos registrados en México estaban ligados con disputas o actividades del crimen organizado. En algunos estados como Guanajuato, Baja California, Chihuahua, Colima, Jalisco y Zacatecas se estima que el porcentaje es de 70 a 80%.
Los funcionarios federales consultados indican que este promedio se mantiene en niveles similares durante este año. Ello significa que 8 mil 545 homicidios dolosos de los 14 mil 243 registrados en los primeros cinco meses de este año estarían relacionados con la delincuencia organizada.
Entre los casos ocurridos este año ya figuran algunas masacres como la ocurrida el pasado 19 de junio en Reynosa, Tamaulipas, y que de acuerdo con indagatorias preliminares tendría como móvil la disputa territorial entre distintas células del propio Cártel del Golfo.
Otro caso reciente fue el asesinato de nueve personas, entre ellos dos policías, el pasado 23 de junio en Fresnillo, Zacatecas; o el enfrentamiento entre supuestas células de dos grupos rivales del crimen organizado que dejó 18 muertos en el municipio de Valparaíso, en la misma entidad.
De acuerdo con un recuento de la organización especializada en temas de Seguridad Causa en Común, tan solo de enero a mayo de este año se han registrado 239 masacres (homicidios de más de tres personas) en el país, principalmente en entidades bajo fuerte disputa de grupos criminales como Guanajuato, Jalisco, Veracruz, Guerrero y Sonora.
El poder criminal que la delincuencia organizada mantiene México también ha sido advertido en varias oportunidades a nivel internacional. Una de las últimas vino del jefe del Comando Norte de Estados Unidos, el general Glen VanHerck, quien en mayo pasado advirtió que el crimen organizado domina el 35% del territorio nacional, y en algunas zonas que son “con frecuencia ingobernables”.