El repunte de precios, en particular de alimentos, así como el alza en contagios de la variante ómicron de Covid-19 y su impacto en la economía, pintan un horizonte complicado para la población en pobreza del país, advirtió José Nabor Cruz, secretario ejecutivo del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
“Dado el comportamiento socioeconómico del país y del ámbito mundial en 2021, cerramos el año con niveles de inflación por arriba de 7% y me parece que será de los principales riesgos para la pobreza en 2022”.
La preocupación de los analistas del sector privado es que el repunte de precios al cierre del año pasado e inicios de 2022 presione al alza el nivel de pobreza laboral —proporción con ingreso laboral inferior al valor de la canasta alimentaria—, como pasó entre julio y septiembre pasados.
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“Lo que nos ha colocado muy por arriba de las tasas de pobreza laboral que teníamos previo a la pandemia son los niveles de inflación, entonces, ese es el mayor reto que tenemos para este 2022. Ojalá podamos ver una tendencia de reducción y control de la inflación a lo largo del año para poder retornar a niveles de pobreza muy cercanos a los prepandémicos”, recalcó.
Sin embargo, Cruz advirtió que se deberá analizar la evolución del empleo y del ingreso laboral, factores que podrían atenuar la carestía de alimentos en los primeros meses del año.
“Ahora mismo vivimos una cuarta ola por ómicron, la nueva variante del virus que, de acuerdo con análisis de los últimos dos años en materia de pobreza laboral, podría incidir en el sector turismo y otras actividades relacionadas”, dijo.
“Ello podría elevar los niveles de pobreza laboral, particularmente en Quintana Roo y Baja California, entre otras”, señaló.
Si bien se espera que no sea tan grave en términos de hospitalización y decesos como en otras olas, la preocupación es que pueda detener actividades económicas claves, algo que ocasionó una mayor afectación en 2020, “cuando tuvimos la primera ola en el país”, destacó.
Golpe inflacionario
Tras disminuir en los tres periodos anteriores, el porcentaje de población en pobreza laboral aumentó de 39.9% a 40.7% entre el segundo y tercer trimestre de 2021, principalmente por el alza de la canasta alimentaria.
Se estima que algo similar ocurrió en los últimos tres meses de 2021, elevando de nueva cuenta los niveles de pobreza laboral en el país, ya que el costo de la canasta alimentaria rural y urbana reportó un alza anual récord al cierre del año de 12.0% y 11.0%, respectivamente, tasas muy superiores al 7.4% observado en la inflación general.
“Por un lado, vemos un buen dato en recuperación de empleo formal para el cuarto trimestre del año pasado, pero también varios precios de alimentos por arriba de la inflación general, y eso puede afectar el incremento del ingreso laboral per cápita en términos reales”, comentó.
En su opinión, esa sería la expectativa para el cierre de 2021, pero hasta mediados de febrero el Coneval publicará los resultados de pobreza laboral para el cuarto trimestre.
Perspectiva para 2022
Sobre la posibilidad de que el repunte de precios siga en los primeros meses de 2022, Cruz estimó que se debe observar cómo se comporta la tendencia en general, pues los precios de algunos productos que repuntaron en diciembre tienden a bajar durante enero.
“Ojalá que este repunte de la inflación sea transitorio, como dice Banxico, que haya comenzado a culminar el periodo de incrementos que tuvimos en los últimos tres meses y que, aunque lenta, tengamos una desaceleración en precios”, afirmó.
“Si esto se logra en los primeros tres meses del año, podemos esperar en el primer trimestre de 2022 una ligera reducción de pobreza laboral”, estimó.
En su opinión, en un escenario de inflación controlada y de recuperación del empleo, en el segundo o tercer trimestre de 2022 se podría tener una tasa de pobreza laboral de 37%, cercana al 36.6% previo a la pandemia.