Es difícil agregar algo más de lo que se ha dicho sobre la consulta popular de revocación de mandato del próximo 10 de abril.
Este ejercicio de democracia directa, que podría ser saludable para una democracia ante un riesgo de gobernabilidad, ha sido burdamente expropiado por el presidente Andrés Manuel López Obrador y su partido.
Estos lo han usado para violar la ley, atacar al órgano electoral, al grado de perseguir penalmente a dos de sus consejeros, y hacerse autopromoción en uno de los momentos más críticos para el país y para el mundo.
Leer también: “Oposición quiere usar la reforma como recurso electoral”: Mier
En este momento México necesita paz, medicamentos e inteligencia. Lo que encontramos es odio, sordera y corrupción.
La revocación no era urgente, no era necesaria y ha aportado división a la sociedad. Ha permitido anticipar un cambio en el modelo electoral en donde la máxima parece ser romper las reglas y los consensos.
Pese a este escenario sombrío, ahí está el INE y los ciudadanos que lo respaldan, dispuestos a ser funcionarios de mesa receptora. Que el 10 de abril, cada quien haga lo que le dicte su conciencia.
Pero no nos llamemos a engaño: esto no aporta nada.