Ciudad de México.- Tamaulipas, un estado que alguna vez fue reconocido por su potencial económico y recursos naturales, se encuentra ahora sumido en una espiral de problemas financieros y desafíos de seguridad que han marcado su historia reciente. Desde el gobierno del exgobernador Eugenio Hernández Flores hasta el presente, donde Américo Villarreal, quien fungió como director del Hospital General de Ciudad Victoria, es considerado un burócrata de segunda clase. Por ello, la región ha enfrentado crisis políticas, inseguridad rampante y una deuda pública que amenaza con ahogar sus posibilidades de desarrollo. Analicemos cómo estos eventos han dejado una marca profunda en el tejido social y económico de Tamaulipas.
Tamaulipas endeudado
El 28 de junio de 2005, Eugenio Hernández Flores asumió el cargo de gobernador de Tamaulipas, prometiendo un futuro próspero para el estado. Sin embargo, su mandato estuvo marcado por la controversia y la acumulación de una deuda que repercutiría en las finanzas del estado durante años. En su sexto y último informe al Congreso del estado, Hernández Flores afirmó que su administración dejaba finanzas sanas, a pesar de la creciente deuda que amenazaba con asfixiar a Tamaulipas.
A pesar de la entrada de nuevos gobernadores, la deuda de Tamaulipas siguió creciendo. El mandato de Egidio Torre Cantú, quien sucedió a Hernández Flores, heredó una deuda de 3 mil millones de pesos en 2010 y la elevó a más de 19 mil millones en apenas un sexenio. Estos préstamos, justificados en gran medida para combatir la delincuencia y restaurar la paz en la entidad, sumieron aún más al estado en una crisis financiera que limitaba su capacidad de inversión y desarrollo. Con Francisco Cabeza de Vaca, se pagó parte de la deuda, pero se incrementaron los intereses de las dos pasadas administraciones al triple.
Violencia e Inseguridad: Una Mancha en el Historial de Tamaulipas
En medio de las promesas de prosperidad, el estado también enfrentó una ola de violencia e inseguridad que dejó una marca indeleble en su historia. El año 2010 fue particularmente trágico, con el asesinato del candidato a gobernador Rodolfo Torre Cantú y el diputado Enrique Blackmore Smer, ambos víctimas de la violencia que asolaba la región. Además, el descubrimiento de una fosa clandestina con 72 cadáveres de migrantes asesinados en 2010 conmocionó al país y puso de relieve la gravedad de la crisis de seguridad en Tamaulipas.
La historia de Tamaulipas es una narrativa compleja de desafíos políticos, económicos y de seguridad. El exgobernador Eugenio Hernández enfrentó acusaciones de corrupción y lavado de dinero, y en 2017 fue detenido por diversos delitos. Recientemente, salió en libertad después de pagar una fianza de cinco millones de pesos. Mientras tanto, el presente sigue siendo incierto para Tamaulipas, con la sombra de la deuda pasada aun pesando sobre sus finanzas y la búsqueda constante de justicia para las víctimas de la violencia, que sufrieron desde 2005 hasta 2016, con más de 15 mil desaparecidos y miles de muertos debido a la guerra entre cárteles, así como más de 23 periodistas asesinados y desaparecidos.
El caso de Tamaulipas es un recordatorio de cómo las decisiones políticas y administrativas pueden tener un impacto duradero en el futuro de una región. La acumulación de deudas, la inseguridad y la lucha por la justicia han dejado cicatrices en la historia de este estado.
Los Gringos Quieren a Geño desde 2015
Desde 2015, el exgobernador de Tamaulipas, Eugenio Hernández Flores, ha estado bajo la mira de las autoridades estadounidenses por acusaciones de conspiración para lavar instrumentos monetarios y facilitar operaciones de transmisión de dinero no autorizado. La acusación oficial fue anunciada por Joseph M. Arabit, Agente Especial a Cargo de la Administración para el Control de Drogas (DEA) en la División de Houston, y Kenneth Magidson, Fiscal de los Estados Unidos, no por el Gobierno de Tamaulipas.
Hernández Flores enfrenta aún cargos junto con Óscar Gómez Guerra (su ex cuñado) desde el 27 de mayo de 2015. La acusación, presentada por los Estados Unidos, fue desvelada oficialmente recientemente. El exgobernador, quien dirigió el estado mexicano de Tamaulipas desde 2005 hasta 2010, ha sido objeto de una investigación minuciosa que lo vincula con actividades ilegales relacionadas con lavado de dinero y operaciones financieras no autorizadas.
La acusación no solo se enfoca en las actividades del exgobernador Hernández Flores, sino que también involucra a su cuñado, Óscar Gómez Guerra, quien está casado con la hermana de Hernández, Elsa. Según las autoridades, ambos enfrentan la posibilidad de recibir un fallo de dinero personal por un monto considerable de 30 millones de dólares. Además, la acusación incluyó un aviso de decomiso penal que se relaciona con cuatro propiedades reales, tres de las cuales están ubicadas en McAllen y tienen un valor estimado de más de 2 millones de dólares, mientras que la cuarta propiedad se encuentra en Austin.
En caso de ser declarados culpables de conspiración para lavar dinero, Hernández Flores y Gómez Guerra podrían enfrentar penas de hasta 20 años de prisión federal. En caso de ser hallados culpables de operar un negocio de transmisión de dinero no autorizado, podrían enfrentar hasta cinco años de prisión federal y una multa máxima de 250,000 dólares. Pero para esto tienen que ser extraditados.
Hasta la fecha, ambos hombres son considerados fugitivos y existen órdenes de arresto pendientes en su contra, así como de extradición.
La investigación que condujo a estas acusaciones fue realizada en colaboración con múltiples agencias y se llevó a cabo en diversas ciudades, incluyendo Houston, San Antonio, Brownsville, Laredo, McAllen y Corpus Christi. La DEA, el Servicio de Investigación Criminal del Servicio de Impuestos Internos, Investigaciones de Seguridad Nacional, el FBI y el Servicio de Alguaciles de los Estados Unidos trabajaron conjuntamente en esta investigación. El proceso judicial está siendo dirigido por los Fiscales Auxiliares de los Estados Unidos, Jesse Salazar y Julie K. Hampton. No el Gobierno de Tamaulipas, como realmente acusan fuentes periodísticas del estado.
