Ciudad de México, 31 de octubre de 2023 – El Gobierno de México enfrenta críticas severas por su respuesta tardía ante la devastación causada por el huracán Otis en el Estado de Guerrero. Una semana después de los estragos provocados por este fenómeno meteorológico, las autoridades emitieron la Declaratoria de Emergencia, una muestra alarmante de irresponsabilidad en la gestión de desastres naturales.
El Servicio Meteorológico Nacional emitió un comunicado de prensa el 24 de octubre de 2023, advirtiendo sobre la posible llegada de Otis como un huracán de categoría 4 en Guerrero. Esto debería haber sido la señal para activar de inmediato los protocolos de emergencia. Sin embargo, la Declaratoria de Emergencia no se emitió hasta el 26 de octubre, lo que significa que los afectados tuvieron que lidiar con la tormenta sin una respuesta gubernamental adecuada durante varios días.
El comunicado del Servicio Meteorológico Nacional también destacó la necesidad de activar protocolos de alerta a la población, lo que evidencia la gravedad de la situación. A pesar de esto, la Declaratoria de Emergencia se retrasó durante días, lo que demuestra una falta de coordinación entre las agencias responsables de la protección civil.
Incluso el dictamen técnico de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) confirmó la presencia de lluvias severas y vientos fuertes en varios municipios de Guerrero el 24 de octubre. Esto debería haber acelerado la respuesta del gobierno, pero lamentablemente no fue así.
La demora en la emisión de la Declaratoria de Emergencia ha tenido consecuencias graves, ya que ha retrasado la llegada de ayuda humanitaria a las personas damnificadas y ha dificultado la gestión de la emergencia. Esto pone en riesgo la vida y la seguridad de la población afectada, lo que es inaceptable.
Este incidente destaca la necesidad de una respuesta más rápida y efectiva a los desastres naturales en México. La falta de preparación y coordinación del gobierno ha expuesto a miles de personas a sufrimiento innecesario y daños materiales. La gestión de desastres debe ser una prioridad, y la ciudadanía tiene derecho a exigir una respuesta más eficiente y oportuna por parte de sus autoridades.
En conclusión, la respuesta tardía del Gobierno de México ante el huracán Otis en Guerrero refleja una alarmante irresponsabilidad en la gestión de desastres naturales. Es un llamado de atención para que las autoridades tomen medidas concretas y urgentes para proteger la vida y el bienestar de la población en situaciones de emergencia.
