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Entre Sombras y Sueños: Por el triunfo de Ciudad Victoria

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Artículo. – La próxima contienda electoral en Ciudad Victoria se presenta como un enfrentamiento crucial entre dos figuras prominentes: un contador y un abogado. Sin embargo, un tercer contendiente, anteriormente vinculado al crimen y truncado en sus aspiraciones, enfrenta la inminente posibilidad de prisión y la pérdida de los beneficios mal adquiridos durante sus tres años de administración.

Oscar Almaraz Smer y Luis Torre Aliyán destacan como los candidatos más competitivos, relegando a Eduardo Abraham Gattas Baez a una posición de fracaso. Este último se ve afectado por la caída del grupo morenista vinculado a Sergio Carmona en Tamaulipas y el desgobierno de Américo Villarreal Anaya. La gestión de este grupo, careció de estrategias inteligentes para impulsar el poder económico, fundamentado en actividades delictivas.

A pesar de la necesidad de mantener una imagen limpia en la política, los grupos de MORENA sucumbieron a la corrupción, adquiriendo propiedades lujosas, construyendo negocios y sometiéndose a intervenciones estéticas. Se compara esta inversión en prácticas cuestionables con la histórica necesidad de lavar dinero de la mafia siciliana para preservar la reputación de las generaciones futuras, aludiendo a la similitud con la novela «El Padrino» de Mario Francis Puzo.

Con la nueva elección, el grupo carmonizado en Tamaulipas muestra signos de debilitamiento, evidenciando el fracaso de Eduardo Gattas y otros patrocinados por Carmona. Se argumenta que la falta de claridad mental para conservar el poder ha llevado a la desaparición de una clase política incapaz de comprender que los 30 mil millones de pesos, provenientes del empresario huachicolero asesinado, pueden desvanecerse con decisiones erróneas.

En este contexto, destaca el ascenso del Movimiento Ciudadano como opción viable, especialmente para las mentes jóvenes en la política. Se enfatiza su lema «lo nuevo» y su estructura ideológica centrada en el relevo generacional. Los integrantes de este movimiento buscan implementar políticas públicas trascendentales, especialmente en los municipios, para erradicar la toxicidad y corrupción asociadas a Morena. En este escenario, se subraya la oportunidad única para los jóvenes no tan políticos de Movimiento Ciudadano de atraer votos de aquellos desencantados con partidos tradicionales como el PRI, PAN, PRD y otros.

Las señales de Oscar

La trayectoria política de Óscar Almaraz Smer está marcada por señales evidentes, siendo un individuo con raíces panistas que ha desarrollado una fuerte conexión con el tricolor, emergiendo en momentos y periodos transformadores para Ciudad Victoria. Su historia se entrelaza con diversos sexenios, siendo objeto de señalamientos por diversas instancias burocráticas a lo largo de los gobiernos de Manuel Cavazos Lerma, Tomás Yarrington, su destacado amigo personal Eugenio Hernández Flores, Egidio Torre (donde enfrentó persecución) y Francisco García Cabeza de Vaca (donde tuvo que alinearse para sobrevivir).

Esta no es una traición, sino una estrategia de supervivencia política.

Ser político en la actualidad implica asumir riesgos significativos, y el carismático Almaraz Smer ha logrado cautivar nuevamente al 86% de la población victorense en su reciente registro ante las puertas del Acción Nacional, respaldando ahora su candidatura para la alcaldía en la amalgamada alianza del Frente Amplio por México.

Óscar no es un novato en la política; cuenta con la experiencia operativa del PRI Tamaulipeco, una escuela que ha cosechado triunfos notables. Aquí no aplican las tácticas de otros; Almaraz fue mentor de generaciones de operadores políticos que contribuyeron al éxito y la estabilidad de diversos políticos.

No obstante, su retorno a la arena política como candidato a la alcaldía conlleva desafíos que deberá superar. Los tiempos actuales difieren de hace dos trienios, cuando se transformó la gestión de residuos y la pavimentación de colonias. En esta administración, Almaraz enfrentará a un electorado más consciente, que castigó al PAN de Xico González y Pilar Gómez, y que busca extirpar a Eduardo Gattas y a MORENA como un tumor indeseado. No es el momento para inexpertos como el insidioso Pepe Braña o el empresario Tico García, vinculado al blanqueo.

A pesar de mantenerse del lado correcto de la historia, Almaraz deberá enfrentar cuestionamientos sobre las pendientes que dejó en su anterior administración. La caída del cabecismo en Tamaulipas refleja una realidad donde los políticos han descuidado al ciudadano, quien ahora responde con contundencia, marcando un cambio irreversible en la dinámica política. En esta ocasión, la realidad no será lo contrario.

El Abogado Amigo en la Batalla Política

El licenciado Luis Torre Aliyán, un treintañero graduado de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, hijo del magistrado en retiro Egidio Torre Gómez, ha experimentado diversos vaivenes a lo largo de su corta carrera política. De los golpes se aprende, y su primera incursión en el PAN de Tamaulipas lo posicionó como uno de sus principales críticos, al denunciar a Xicoténcatl González Urresti como uno de los peores y más corruptos alcaldes de la capital tamaulipeca cuando este ocupaba el cargo de síndico regidor. Su renuncia al PAN y su entrada a MORENA lo dejaron en una posición vulnerable, pero demostraron que su visión política no estaba alineada con la corrupción que percibía en la cuarta transformación política del país.

En medio de este vaivén, se desató el odio cuando también arremetió contra la prima texana, y el cabecismo, lo intentó dejar sin nada, incluso arrebatándole el fiat de la notaría de su familia, al tiempo se la regresaron. Sin embargo, sus relaciones políticas nacionales, destacando nombres como Ricardo Monreal, Marcelo Ebrard, y su principal consejero José Manuel del Río Virgen, Samuel García y Luis Donaldo Colosio Riojas, lo han posicionado como un joven competidor en el relevo generacional, representando una opción nueva que desafía a las tradicionales familias y a los corruptos huachicoleros. Es notable el temor que generan sus publicaciones, evidenciado por la presencia constante de rostros de los Gattas buscando desacreditar, sin hacerle mella.

Este abogado uateño posee la inteligencia necesaria para enfrentar las batallas políticas, superando ideologías y los intereses familiares en Ciudad Victoria. Su parentesco con Egidio Torre no define su identidad, ya que siempre ha sido el rebelde de la familia, distinguiéndose de sus familiares. En este contexto, los conflictos personales y relaciones personales son irrelevantes, especialmente cuando contrastan con las acciones de Eduardo Gattas, conocido por agredir a su esposa, mientras que Luis Torre solo tiene una muchacha mimada. Abordar aspectos de la vida privada es más apropiado para el chismorreo local victorense, financiado por quienes respaldan a Gattas.

A pesar de las maquinaciones de los expertos en escándalos de colonia, la capital no está dispuesta a tolerar tales distracciones. Surge una nueva perspectiva política, y los representantes de MORENA parecen desorientados ante una población que está lista para volver a sonreír, dejando atrás los escándalos para abrazar una política más centrada y positiva.

El Futuro de la Campaña

El deseo de cambio en las políticas públicas de la capital es un clamor evidente entre el 86% de los victorenses. Buscan un renacimiento económico y la sostenibilidad ciudadana, y en esta búsqueda, Óscar Almaraz se erige como el gestor por excelencia. Su habilidad para solventar con eficacia la gestión de recursos lo posiciona como un líder que aspira a trascender como capitalino y dejar un legado histórico comparable a su destacada administración pasada.

En contraste, Eduardo Gattas, conocido como «el gordo», solo puede alegar traición por parte de Almaraz cuando intentó conseguir una diputación en el PRI local. Sin embargo, sus propios errores políticos y su trayectoria cuestionable lo han relegado al sector privado, específicamente al campestre, donde su figura se ha convertido en objeto de burla por su estilo que algunos describen como «naco».

Pepe Braña, sobrino lejano de López Obrador, y Tico García, el empresario químico, carecen de relevancia en la contienda capitalina. Ambos han abusado de los victorenses, uno como ingeniero contratista beneficiado por presupuestos públicos y el otro como empresario que evita impuestos y no cumple con las prestaciones a sus empleados. Su falta de reconocimiento y sus prácticas cuestionables se revelan sólo en campaña, donde el verdadero rostro del monstruo político emerge, ya sea bien asesorado o engañado mientras paga por su engaño.

La contienda real se perfila entre Luis Torre Aliyán y Óscar Almaraz. La maquinaria de MORENA intentará desestabilizar estas opciones mediante una campaña ventajosa y sin pruebas con tácticas mediocres y sucias. Sin embargo, la realidad, expresada en números, se encargará de desmentir sus intentos. Por un lado, la experiencia encarnada en Almaraz impulsa la recomposición de la capital; por otro, la juventud personificada en Torre reclama lo nuevo, aspirando a emular los éxitos de Monterrey y Jalisco, capitales de primer mundo.

En este proceso, es crucial seguir moldeando la historia, observando cómo estas figuras políticas se desenvuelven y definiendo el destino de Ciudad Victoria.

Seguiremos siendo la balanza de la historia.

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