Diversas agencias publicitarias y medios de comunicación han realizado un recuento de los participantes en la marcha por la democracia, organizada por el conglomerado de organizaciones de la sociedad civil conocido como #MareaRosa. Entre las entidades más destacadas se encuentran el «Frente Cívico Nacional», «UNE» y otras más, las cuales informan de una cifra que supera los 10 millones de personas en todo el país y también en ciudades a nivel internacional. Entre los estados con mayor participación se incluyen Guanajuato, Querétaro, Nuevo León, Puebla, Yucatán y la Ciudad de México, así como en ciudades de Europa y Estados Unidos.
En la Ciudad de México y el Estado de México, se estima que aproximadamente 1.2 millones de personas participaron en la marcha, a pesar de que el Gobierno de la CDMX afirmó que la cifra no superaba las 100 mil personas. Además, ciudades como Guadalajara, Monterrey y otras 80 localidades en todo México experimentaron un masivo flujo de manifestantes.
Desde tempranas horas de la mañana, los primeros asistentes arribaron al Zócalo de la Ciudad de México, donde se les distribuyeron cientos de pancartas impresas en hojas tamaño tabloide. Los mensajes reflejaban la demanda de un diálogo democrático, destacando que «el autoritarismo levanta muros». Otros carteles estaban dirigidos a la consejera presidenta del Instituto Nacional Electoral (INE), Guadalupe Taddei, expresándole: «Taddei, la ley es la ley».
Aunque la convocatoria pretendía ser apartidista, se vio marcada por la presencia de destacados líderes políticos como Marko Cortés del PAN y Jesús Zambrano del PRD. Aunque se enfatizó la naturaleza ciudadana del evento, la presencia de estas figuras políticas añade un matiz significativo al evento.
En Nuevo León, alrededor de 12 mil personas participaron en la Marcha por la Democracia, según datos proporcionados por Protección Civil. A pesar de su concepción inicial como un evento apartidista y ciudadano, contó con la presencia de candidatos del PAN, incluyendo a Raúl Monter Ortega y Rogelio Sada Zambrano, así como la destacada presencia de la periodista y activista Beatriz Pagés Rebollar.
Durante su intervención, Pagés Rebollar criticó las acciones del Gobierno Federal, acusándolo de intentar imponer una nueva ley para evitar rendir cuentas. También alertó sobre un posible «maximato» para mantener el poder en la sombra, denunciando los ataques al Poder Judicial y a la Suprema Corte de Justicia. La marcha, mayormente vestida de rosa, fue convocada por organizaciones como «Sí por México», «Nuevo León 24», «Frente Cívico Nacional» y «Poder Ciudadano Nuevo León», concluyendo alrededor de las 2 de la tarde.
En respuesta a la magnitud de la marcha, el presidente Andrés Manuel López Obrador la celebró, afirmando que demuestra que México vive en un país auténticamente democrático. No obstante, arremetió contra los asistentes, calificándolos de «alcahuetes», especialmente a los intelectuales que permanecieron callados ante los supuestos «fraudes» en su contra en 2006 y 2012. Al término de un evento en el que entregó un templo rehabilitado, el presidente López Obrador garantizó que no intervendrá en las elecciones, argumentando que han concluido los tiempos de las elecciones de Estado.
