CRONICA. – Si me preguntan cómo describir lo que ocurrió anoche en la colonia Echeverría, les diría que comenzó la fiesta. Eran las 00:00 horas y las calles Río Corona estaban atiborradas de vehículos y de gente que no dejaba de llegar desde distintas partes de la ciudad. El motivo era el arranque de la campaña de Oscar Almaraz.
La cita era en la calle Cerro Azul, la última pavimentada, donde convergen los sectores Tomás Yarrington, Bethel, Echeverría, además de estar conectada con las calles Estudiantil y Tamatán.
Allí se instaló un escenario con parlantes que convirtieron el evento en una fiesta que se extendía por al menos cinco calles. Una celebración política al estilo tradicional, con un aroma de júbilo, fraternidad y comunión popular.
De repente, la multitud se agolpó alrededor de Oscar, acompañado por Miguel Manzur, aspirante a la Diputación por el XV Distrito, y Alejandra Cárdenas, aspirante por el XIV sector, respaldados por Gerardo Peña y el destacado César «El Truco» Verástegui Ostos, ambos piezas clave en la estructura de Xochitl Galvez para la Presidencia de la República.
La gente se aglomeraba, buscando capturar su atención, su contagiosa sonrisa, quizás una selfie, o simplemente tocarlo, llevarse algo de él esa noche.
Oscar respondió al clamor popular, recorriendo todos los rincones para encontrarse con los victorenses con quienes alguna vez conformó lo que quizás fue el mejor gobierno que ha tenido Victoria en el último milenio, y tal vez en los últimos 50 años.
La sociedad lo sabe y lo aplaude como si no hubiera un mañana, con una mirada de esperanza y fe, convencidos de que Oscar impulsará un cambio irreversible para nuestra Victoria. Saben que esto apenas comienza, que ya está sucediendo y lo esperaban.
Cerca de la una de la mañana, los protagonistas llegaron al escenario para mezclarse con la gente de Victoria.
El primero en tomar el micrófono fue el empresario Miguel Manzur, quien recordó a la sociedad que Victoria enfrenta problemas de decadencia urbana: baches, fugas, inseguridad, falta de empleo; todo debido al desinterés de las clases políticas en el poder.
Por su parte, Alejandra Cárdenas proyectó a los victorenses la falta de agua y los servicios públicos deficientes como resultado del engaño de una clase política que ha navegado con bandera de promesas falsas y desinterés por el desarrollo de nuestra capital.
Oscar Almaraz tomó el micrófono para cerrar el evento, saludando especialmente a las mujeres, reconociendo su convicción y lucha por salir adelante, y dando paso a su mensaje.
«Todos deseamos una ciudad diferente donde nuestras familias puedan vivir mejor. Por eso, sabemos que Victoria merece un cambio y eso nos obliga a trabajar unidos, sin divisiones, sin culpas, gobernando con responsabilidad para que todos los victorenses puedan vivir mejor», abrió en su discurso.
Destacó que las necesidades de la gente siguen vigentes y que él está ahí para escuchar y trabajar junto a ellos para hacer realidad un nuevo futuro para Victoria.
Extendió que los jóvenes son la esencia del cambio y son la base de su propuesta para impulsar el desarrollo de Victoria.
«Governaré los próximos tres años junto a las mesas de solución, un instrumento democrático y participativo donde los ciudadanos son tomados en cuenta y escuchados para llevar a cabo el cambio en su colonia y hacer realidad sus sueños para su comunidad», dijo.
Dentro de sus proyectos, adelantó que buscará modernizar el servicio de recolección de basura, implementar un programa intensivo de bacheo paralelo al desarrollo de pavimentaciones y alumbrado, reactivar los apoyos educativos y apoyar el crecimiento empresarial como pilar de la economía local.
Se mostró orgulloso de trabajar con la próxima Presidenta de México, Xóchitl Galvez, y de colaborar con la Diputada Imelda San Miguel para consolidar proyectos para Tamaulipas.
«El próximo 2 de junio tendrás que elegir si quieres vivir igual o peor los próximos tres años, o prefieres un cambio para vivir mejor», concluyó su discurso.
El evento terminó cerca de la 01:30 horas entre porras y vítores de la sociedad. Oscar Almaraz fue despedido por los victorenses, quienes se retiraron eufóricos, entusiasmados y con el sabor de la verdadera política en la boca.