Ciudad Victoria.- A su llegada, el Alcalde morenista, Eduardo “Lalo” Gattas Báez, prometió “transformar” la capital; a medio año de terminar su gestión, más de la mitad de los ciudadanos tienen miedo ante el exponencial crecimiento de la narcoviolencia. Mientras la operativa del Alcalde en busca de la reelección satura de propaganda la ciudad, la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) es brutal con su gestión; la percepción del incremento de la inseguridad alcanzó el 50.1% de la población. Y es que, en los últimos días, a los asesinatos entre el crimen organizado se les suma el incremento de delitos del fuero común que obedecen al desequilibrio económico que se vive en todo el país a causa de la inflación causada por el Gobierno de la IV Transformación.
La seguridad también es responsabilidad del alcalde Gattas; sin embargo, desde el inicio de su administración, no ha implementado medidas preventivas efectivas ni políticas públicas encaminadas a este fin. Mientras tanto, él se desplaza en camionetas blindadas, mientras que uno de cada dos victorenses «de a pie» enfrenta la posibilidad de ser víctima de robo domiciliario, asalto a choferes de plataformas y comercios, o incluso desaparecido, ya que la capital de Tamaulipas también se encuentra clasificada en otras estadísticas como una zona de alto índice de secuestros.
Hace algunos días, conductores de Uber y Didi sometieron a un delincuente que supuestamente había cometido con otros sujetos robos violentos contra algunos compañeros; sin embargo, esto fue solo la cereza del pastel. Ante la oleada de tiroteos, el servicio de plataforma había disminuido en un 50% las actividades, no solo por los asaltos, también a causa de la ola de tiroteos, “levantones”, secuestros y otros delitos relacionados con el crimen organizado.
El INEGI apuntó que en el primer trimestre de 2022, la percepción de inseguridad en Ciudad Victoria se ubicaba en un preocupante 54.9%. Para el tercer trimestre de 2023, la percepción de inseguridad había disminuido ligeramente, alcanzando un 43.3%. Parecía que el gobierno municipal de Morena estaba tomando medidas para abordar el problema. Sin embargo, la realidad cambió para mal porque el estado sufrió una acometida de organizaciones criminales foráneas tomando por asalto al Estado, sin estrategia para ello, por lo que la capital fue alcanzada directamente. Para el primer trimestre de 2024, Ciudad Victoria se encontraba nuevamente sumida en la oscuridad, con una percepción que alcanzó el 50.1%. Esto fue más que un simple retroceso; fue un golpe devastador para una ciudadanía esperanzada en la “transformación”.
