Ciudad de México.- En un evento que sacudió el panorama político de México, decenas de líderes y activistas de la ultraderecha se reunieron este sábado en Ciudad de México para delinear lo que llaman una «nueva era» en la política nacional. La Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), un espacio que ha ganado relevancia en la última década, fue el escenario donde figuras como Eduardo Verástegui, exactor y ahora político, proclamaron su intención de formar una nueva fuerza política en 2025. Este movimiento, según sus líderes, busca «recuperar los valores tradicionales» y poner fin a lo que consideran una hegemonía izquierdista en el gobierno mexicano.
Sin mencionar directamente a Andrés Manuel López Obrador o a la presidenta electa Claudia Sheinbaum, Verástegui criticó duramente el actual estado del país, describiendo el socialismo como un «pensamiento inmoral» que ha «secuestrado» el gobierno. Para él y sus seguidores, la solución pasa por construir una nueva derecha que se oponga no solo a Morena, sino también al Partido Acción Nacional (PAN), al que descalifican por ser una «derechita cobarde».
Este foro no fue solo una tribuna para las habituales críticas a la izquierda, sino un llamado a la acción. Los oradores coincidieron en la necesidad de crear un partido que represente verdaderamente a los conservadores mexicanos, con la mira puesta en las elecciones de 2027. Agustín Laje, ideólogo de la ultraderecha, argumentó que solo una nueva derecha podrá derrotar a Morena y revertir las políticas que, según ellos, han llevado al país al borde del colapso moral y económico.
Durante las casi 12 horas que duró la cumbre, se abordaron temas que van desde la defensa de la vida y la familia hasta la crítica a la influencia extranjera y las políticas progresistas. Hubo menciones a figuras internacionales como Donald Trump y Jair Bolsonaro, cuyas agendas políticas son vistas como modelos a seguir.
La CPAC en México no solo busca ser un espacio de reafirmación ideológica, sino el punto de partida para lo que sus líderes consideran una transformación necesaria en el país. Con la promesa de que en 2025 se conocerá el nombre de su nuevo partido y su agenda completa, los asistentes salieron convencidos de que un cambio es posible. «Verás que sí», como reza el eslogan de Verástegui, resume la confianza de este grupo en que su visión del futuro se hará realidad.
En un contexto donde las polarizaciones políticas están a la orden del día, el surgimiento de esta nueva ultraderecha plantea interrogantes sobre el rumbo que tomará México en los próximos años y cómo estas fuerzas emergentes moldearán el debate público.