Ciudad Victoria.- Mientras el país se ahoga en una ola de asesinatos, Tamaulipas parece haberse desvanecido del mapa de la violencia. En la primera quincena de agosto, México registró 1,095 homicidios, con el primer día del mes como el más sangriento, contabilizando 88 víctimas, según cifras preliminares de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC). Sin embargo, en este sombrío conteo, Tamaulipas destaca por su ausencia.
En contraste con entidades como Guanajuato, que acumuló 154 asesinatos, y el Estado de México, con 101, Tamaulipas se encuentra ausente de la lista de los estados más violentos en agosto. Esto podría interpretarse como un éxito de la estrategia conjunta de la Fiscalía General de Justicia y la Secretaría de Seguridad Pública, que parece estar rindiendo frutos en la reducción de homicidios.
No obstante, mientras los asesinatos disminuyen, otros delitos como el secuestro y la extorsión siguen al alza en el estado, lo que sugiere que la violencia no ha desaparecido, sino que ha cambiado de rostro. Esta calma aparente en las estadísticas de homicidios podría ser más un espejismo que una realidad sostenible, en un estado donde la violencia ha sido una constante histórica.
El silencio de Tamaulipas en las cifras de homicidios contrasta con la situación en otras partes del país. Guanajuato, por ejemplo, sigue siendo un epicentro de violencia, con 15 asesinatos en días clave como el 5 y 10 de agosto, en su mayoría jóvenes. Esta tendencia se refleja en el reporte del INEGI, que señala a las personas de entre 25 y 34 años como las principales víctimas de homicidio en México, con un 29.6% del total de muertes registradas en 2023.
Tamaulipas, en este contexto, parece haber encontrado un respiro en la tormenta, pero la pregunta persiste: ¿es este el inicio de una paz duradera o simplemente una tregua en un conflicto que sigue latente?