Las comparecencias para elegir al próximo presidente o presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) han sembrado dudas en el Senado, particularmente en la bancada de Morena, que ya no parece tan segura de apoyar la reelección de Rosario Piedra Ibarra. Fuentes al interior del grupo mayoritario señalan que las opiniones sobre la gestión de Piedra están profundamente divididas, y los senadores enfrentan crecientes críticas sobre el desempeño actual de la comisión en temas de derechos humanos.
En el proceso de evaluación, tres candidatos han dejado una impresión significativa, al parecer más sólida que la actual presidenta. Entre ellos destacan Paulina Hernández, abogada jalisciense y especialista en Derecho Constitucional; Nashielli Ramírez, actual ombudsperson de la Ciudad de México, y Jesús González Schmal, abogado y exdiputado panista. Según testimonios de los propios senadores, cualquiera de estos aspirantes garantiza una dirección mucho más comprometida y profesional que la demostrada por Piedra, quien ha sido ampliamente cuestionada por su gestión y la supuesta falta de independencia.
La fracción de Morena, cuya mayoría suele inclinar la balanza en decisiones cruciales del Senado, podría sorprender en los próximos días cuando se presente la terna ante el Pleno, prevista para principios de noviembre. El escepticismo hacia la reelección de Piedra crece no solo por sus antecedentes, sino también por la percepción de que su continuidad podría desvirtuar el papel de la CNDH como un organismo autónomo e imparcial en la defensa de los derechos humanos en México.