CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS. La situación en la capital de Tamaulipas ha alcanzado un punto crítico. Los vecinos de la Colonia Lomas de Santander han comenzado a reportar la aparición de gusanos que emergen de los drenajes, una escena alarmante que refleja la inoperancia del gobierno municipal encabezado por el alcalde Eduardo Gattás Báez. Desde el inicio de octubre, el alcalde ha ignorado sus responsabilidades administrativas, dejando en un estado de colapso los servicios esenciales de agua y drenaje.
La falta de atención a los problemas de drenaje ha sido evidente durante más de cinco meses, durante los cuales las quejas de los residentes se han multiplicado. El organismo operador de agua, que debería haber intervenido de inmediato, ha hecho caso omiso a las solicitudes de reparación. Esta negligencia ha permitido que se generen focos de infección en la ciudad, convirtiendo un problema de infraestructura en un riesgo inminente para la salud pública.
Influencers y periodistas locales se han movilizado para documentar esta situación deplorable, lo que ha llevado a que la opinión pública se alce en contra de Gattás. La indignación es palpable en la ciudad, donde los ciudadanos han perdido la paciencia ante un alcalde que, en lugar de actuar, ha decidido blindarse en su puesto, a pesar de las múltiples demandas que enfrenta.
El 21 de octubre, los regidores del Cabildo de Victoria presentaron un recurso formal contra Gattás, señalando su omisión al no designar los cargos clave dentro de su administración, lo que ha llevado al Congreso del Estado a iniciar un proceso para destituirlo. La incapacidad del alcalde para gestionar su equipo y su negativa a quitar a los secretarios acusados de corrupción han generado un estancamiento que afecta a toda la ciudad.
La situación ha llegado a tal punto que la Administración Municipal, en vez de buscar soluciones, parece estar más ocupada en descalificar a quienes critican su gestión. Gattás ha argumentado que los regidores carecen de legitimación para presentar sus demandas, un argumento que, más que legal, suena a un intento desesperado por aferrarse al poder.
Con la fecha límite para presentar pruebas acercándose, el futuro de Gattás se torna incierto. Las comisiones unidas del Congreso se reunirán el próximo 5 de noviembre para evaluar su caso. La pregunta que queda en el aire es: ¿qué pasará con un alcalde que, al negarse a enfrentar la cruda realidad, ha llevado a su ciudad al borde de una crisis de salud pública?
Mientras tanto, los problemas que aquejan a los ciudadanos de Victoria —la inseguridad, el deterioro de los servicios públicos y la falta de transparencia— continúan sin resolverse. La inacción de Gattás no solo pone en riesgo su futuro político, sino también la calidad de vida de los habitantes de la capital tamaulipeca. La ciudad se pudre, y los gusanos son solo un símbolo más de la descomposición que se vive en la administración de Lalo Gattás.