CDMX.- En apenas 100 días bajo la administración del alcalde Luis Mendoza, la alcaldía Benito Juárez de la Ciudad de México ha experimentado un cambio significativo en su enfoque de seguridad pública, poniendo en marcha iniciativas que no solo han fortalecido la infraestructura y la educación, sino que también han demostrado reducir los delitos de manera efectiva.
Una de las acciones más destacadas es la implementación de un sistema integrado de cámaras de vigilancia con tecnología de reconocimiento facial y análisis de patrones, que se ha desplegado en puntos estratégicos de toda la alcaldía. Este sistema permite una respuesta rápida y eficiente a incidentes criminales, facilitando una mejor coordinación con las fuerzas de seguridad locales y estatales.
Además, se ha promovido la participación ciudadana a través de programas de prevención del delito, que incluyen talleres y capacitaciones sobre seguridad personal y comunitaria. Estas iniciativas se han complementado con la mejora del alumbrado público en zonas previamente identificadas como puntos críticos de criminalidad, lo que ha incrementado la sensación de seguridad en las calles.
El alcalde Mendoza ha enfocado estos esfuerzos en crear un entorno seguro que no solo responda a los incidentes, sino que los prevenga, abogando por una comunidad más informada y colaborativa. La estrategia ha sido clara: transformar Benito Juárez no solo en un espacio físicamente seguro, sino también en una comunidad donde cada residente se sienta partícipe y protector de su propio entorno.
El impacto de estas políticas ya se ha comenzado a sentir, con una notable reducción en los índices de criminalidad en comparación con el mismo periodo del año anterior. Estos avances posicionan a Benito Juárez como un modelo de cómo las políticas integradas de seguridad y participación comunitaria pueden crear una dinámica urbana más segura y resiliente.