Ciudad Victoria, Tamaulipas. – Ante el temor de convertirse en un «cuello de botella» en la ruta migratoria debido a las políticas estrictas de deportación del ex presidente Donald Trump, Tamaulipas ha implementado un protocolo de acción coordinada entre los tres órdenes de gobierno. El objetivo es claro: gestionar el flujo de deportados eficientemente y asegurar su retorno a los estados de origen, afirmó Sergio Hernando Chávez García, Secretario de Seguridad Pública.
Según Chávez García, hasta la fecha, el número de deportados es manejable; el último grupo, compuesto por 50 individuos, fue procesado con ayuda del Instituto Nacional de Migración (INAMI) y trasladado desde Reynosa a Monterrey. «Es vital evitar que Tamaulipas se convierta en un punto de retención prolongada para los deportados», explicó el secretario. A pesar de las complicaciones potenciales, se ha establecido un sistema que no solo respeta los derechos de los migrantes sino que también mantiene la seguridad y el orden público.
El protocolo incluye la recepción, registro, y traslado de los migrantes, siempre en coordinación con el INAMI. Chávez García enfatizó la importancia de no percibir a estos individuos como una amenaza a la seguridad, sino como personas que buscan regresar a sus hogares o mejorar sus vidas. Aunque Tamaulipas enfrenta otros desafíos, como el empleo y la seguridad, el enfoque está en garantizar que el estado no se convierta en un santuario permanente para migrantes.
La estrategia de Tamaulipas puede servir de modelo para otros estados fronterizos que enfrentan desafíos similares, mostrando que es posible manejar flujos migratorios complejos de manera segura y organizada, respetando los derechos humanos y fortaleciendo la cooperación intergubernamental.