En un giro sorprendente que se aleja de las políticas de austeridad promovidas por el gobierno federal, varias dependencias y el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) han desembolsado un total de 58 millones de pesos en alimentos costosos para sus empleados y reuniones de alto nivel durante el último año.
Entre los entes gubernamentales con mayores gastos se encuentra el AIFA, que lidera con un desembolso de más de 30 millones de pesos. Otros entes involucrados incluyen el Centro Nacional de Inteligencia, Conacyt, la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), y las secretarías de Gobernación, Economía y Hacienda. Estas dependencias adquirieron productos gourmet como pato, osobuco de ternera, salmón fresco, bacalao importado, Rib Eye, jamón serrano, pulpo, queso azul, almejas, chocolatas, chipilín y corazones de alcachofa.
Por otro lado, el Conacyt ha emitido directrices específicas, como la prohibición de ofrecer pasteles o frutas en almíbar en sus comedores, buscando moderar el tipo de comestibles suministrados en sus instalaciones. Por su parte, la Secretaría de Economía ha establecido requisitos rigurosos para la conservación de los productos, exigiendo que mantengan el sello del fabricante, estén bien empacados y tengan una fecha de caducidad de al menos seis meses.
Este patrón de gasto plantea preguntas sobre la adherencia a los principios de austeridad y la justificación de estos desembolsos frente a las necesidades básicas de sectores menos privilegiados de la sociedad. La comunidad y los medios de comunicación continúan vigilantes, exigiendo transparencia y responsabilidad en la gestión de los recursos públicos.