Querétaro, Qro.— El estado de Querétaro podría convertirse en la primera entidad del país en establecer una figura legal de uso de suelo agroturístico, como parte de un ambicioso proyecto de ordenamiento territorial que impulsa el Gobierno estatal en coordinación con el Clúster Vitivinícola de Querétaro.
Así lo informó Eugenio Parrodi Wiechers, presidente del clúster, quien explicó que actualmente no existe en México una categoría oficial que regule los predios donde conviven actividades agrícolas, turísticas, gastronómicas y de hospedaje, como ocurre en los viñedos de la región.
“Somos únicos en México. No existe otro estado que tenga un uso de suelo agroturístico. Trabajamos de manera coordinada con el gobierno estatal para crearlo, y creo que es un ejemplo de cómo en Querétaro nos ponemos de acuerdo para hacer las cosas”, afirmó Parrodi.
Ordenamiento con enfoque turístico y productivo
La propuesta surge como respuesta a la falta de regulación específica para un sector en crecimiento que combina producción de vino, turismo enológico, restaurantes y hoteles, todo en una misma unidad territorial. Muchos viñedos operan actualmente bajo permisos agrícolas o ejidales, lo cual limita su regularización y acceso a servicios formales.
El proyecto incluye trabajar con los cabildos municipales para gestionar los cambios de uso de suelo, de modo que cada predio pueda operar bajo reglas claras, con certeza jurídica y adecuación a la vocación económica de la zona.
“Es un tema que sale de nuestras manos la aprobación en Cabildo, pero estamos impulsando esta iniciativa con los municipios para que se concrete”, añadió Parrodi.
Viñedos en zonas agrícolas y ejidales
La complejidad del ordenamiento radica en que muchos de los viñedos están ubicados en zonas ejidales o con uso agrícola exclusivo, lo que impide formalizar actividades complementarias como catas, recorridos turísticos o construcción de infraestructura hotelera, sin caer en irregularidades.
Querétaro es actualmente una de las regiones vitivinícolas más dinámicas del país, con proyección nacional e internacional, y la ruta del vino y el queso es uno de sus principales atractivos turísticos.
La regulación —de lograrse— marcaría un precedente nacional y podría convertirse en modelo para otras regiones productoras que enfrentan desafíos similares, como Baja California, Guanajuato y Coahuila.