Dicen que la venganza es un plato que se come frío y Ricardo Monreal le está dando las primeras cucharadas a un platillo que le llevó semanas enfriar pero que finalmente empieza a paladear. Tras la detención de José Manuel del Río Virgen, el 23 de diciembre pasado en Veracruz, comenzó una de las más cruentas escaramuzas y ataques entre los aspirantes morenistas a la sucesión presidencial de 2024. Ese día, Monreal recibió con esa detención uno de los intentos más fuertes para doblarlo y someterlo para que se disciplinara como líder de la fracción de Senadores del partido del Presidente y dejara de bloquear o complicar algunas de las iniciativas y reformas presidenciales.
La detención de Del Río ni siquiera fue una decisión autónoma del gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, sino que se ordenó directamente de Gobernación, por instrucciones de Palacio Nacional, para que el coordinador de la mayoría morenista dejara de amagar con “revisar” el dictamen de la reforma eléctrica que les mandara ya aprobado la Cámara de Diputados. Los mensajes que mandó en ese sentido Monreal, con declaraciones públicas, fue que podía frenar la propuesta presidencial y negociar cambios a la iniciativa e intercambios en algunos otros temas políticos pendientes entre el zacatecano y el presidente López Obrador.
Monreal acusó recibo del mensaje y, lejos de rendirse, empezó una guerra contra el mensajero que hizo el trabajo sucio de Palacio y del inquilino de Bucareli: el gobernador Cuitláhuac García. Si ya Monreal había acusado a Cuitláhuac de violentar la Constitución al aprobar el nuevo delito de “ultrajes a la autoridad” en el Código Penal, a partir de que Del Río Virgen pisó la cárcel, el senador operó con toda su fuerza con la oposición, particularmente con MC y Dante Delgado, para que juntas, las cinco fracciones del Senado de la República ordenaran crear una “comisión especial investigadora” para documentar y sancionar abusos de autoridad y violaciones de derechos humanos en el gobierno del morenista García.
Cuando en Palacio sintieron el tamaño de la respuesta del Senado, decidieron que entrara también al juego Claudia Sheinbaum, quien salió en defensa de su amigo el académico que gobierna Veracruz y le mandó declaraciones de apoyo. Comenzó otro embate contra Monreal pero ahora desde el Palacio del Ayuntamiento, en donde movilizaron a sus sectores más duros para presionar a que el propio presidente López Obrador saliera en una conferencia mañanera a darle su apoyo y respaldo público al gobernador de Veracruz. “Estamos contigo Cuitláhuac, no estás solo”, le dijo el Presidente, y el espaldarazo se volvió línea.
Al unísono Adán Augusto López y Claudia Sheinbaum, con el apoyo de Mario Delgado, comenzaron una embestida conjunta en la que convencieron a más de 30 senadores, al menos 31, para que pidieran la destitución de la Comisión Investigadora de Veracruz y, en caso de resistirse, aprovechar la plenaria del 25 de enero para pedir la destitución del zacatecano y nombrar a un nuevo coordinador. Monreal vio también el tamaño de la respuesta de Palacio Nacional y aceptó plegarse y, con la molestia de Dante Delgado y de la oposición, aceptó la desintegración de la Comisión para investigar abusos en Veracruz.
En eso vinieron las precampañas y la elección de candidatos a gobernador en varios estados y las cosas se acomodaron para que, tras el desaire del PAN y PRD, Movimiento Ciudadano se acercara al actor y empresario Roberto Palazuelos y le ofreciera ser su candidato al gobierno de Quintana Roo. Toda la operación del Niño Verde, Jorge Emilio González, para hacer la alianza con Morena y que el Presidente avalara a su candidata Mara Lezama, se vio amenazada de pronto por la irrupción en las encuestas del controvertido “diamante negro”. Ante la amenaza que representaba la popularidad del actor para descarrillar a la candidata de Morena-PVEM, tuvieron que entrar de nuevo a negociar con Monreal.
El 20 de febrero, según fuentes cercanas al proceso electoral de Quintana Roo, Adán Augusto llamó a Ricardo Monreal y pidió su intercesión para que Dante Delgado bajara de la candidatura a Palazuelos. La petición era directa del despacho presidencial, y el senador zacatecano se mostró abierto al interés de eliminar a un contrincante peligroso, siempre y cuando también él y el tercero en discordia, que era Dante, obtuvieran algo a cambio: la liberación inmediata de José Manuel del Río Virgen de la prisión en Veracruz.
En el camino, la controversia constitucional interpuesta por la oposición en contra del delito de “ultrajes a la autoridad” en Veracruz llegó a la Corte y después de algunas semanas los ministros votaron por mayoría abrumadora que dicho delito en el Código Penal de Veracruz era inconstitucional y violentaba garantías fundamentales de los ciudadanos de ese estado, por lo que se ordenaba su derogación inmediata. Todavía resuena la respuesta soberbia con la que el gobernador Cuitláhuac García le respondió a la Corte y al Senado, diciendo que él iba a cambiar la redacción y el nombre, pero volvería a mandar ese delito a ser aprobado por su mayoría en el Congreso local.
Y ayer vino el nuevo golpe que puso el marcador tal y como cabeceamos en esta columna cuando un juez de Distrito otorgó el amparo constitucional para que cause en cuanto ejecutoria la sentencia de amparo, se deje sin efectos la vinculación a proceso en contra de José Manuel del Río Virgen y éste sea liberado de la cárcel. La decisión del juez aplicó la presunción de inocencia en contra del detenido y detectó violación al debido proceso y de derechos humanos de Del Río Virgen. A partir de ayer la Fiscalía de Veracruz tiene 10 días para impugnar el amparo del juez y si no lo hace causará efectos la sentencia.
Por eso decimos que en una de las batallas más cruentas de la sucesión presidencial y las descompuestas pugnas internas de la 4T, Monreal adelanta en el marcador contra sus rivales de los dos Palacios del Zócalo, de Bucareli y de Veracruz. Al menos por ahora.
NOTAS INDISCRETAS
Como la Penélope de la Odisea, que de día teje y de noche desteje, Marcelo Ebrard se dedica a tejer en la diplomacia internacional para que luego venga el Presidente y desde los desvaríos y dislates de su mañanera desteja lo que tejieron en la Cancillería. El mejor ejemplo de la dualidad de nuestra política exterior, ocurrió ayer con la visita del canciller español, José Manuel Albarez, que vino en plan conciliatorio a tender una mano para reconstruir las relaciones México-España, y mientras Ebrard y los senadores lo recibían con la mejor intención de relanzar esas relaciones, el presidente López Obrador, desde Palacio Nacional en su mañanera, volvió a necear y a pedir, cual niño chiquito, que se ponga “una pausa” a la relación con España, aunque aclaró que no habla de rompimiento de relaciones. Tal parece que lo que está pasando es que en asuntos de política exterior, de los que nada entiende López Obrador, Marcelo lo está dejando juguetear con sus declaraciones y desplantes, mientras que por detrás él se dedica a volver a tejer las delicadas relaciones internacionales de nuestro país, empezando por Estados Unidos y siguiendo por España, nuestros dos principales socios comerciales. Y es que mientras el presidente vociferaba en Palacio, en la sede de la Cancillería mexicana, Ebrard recibía en privado y durante más de una hora al canciller de España. Entre el secretario de Relaciones Exteriores mexicano y el español hubo mucha camaradería y tras su conversación privada salieron a caminar por las terrazas del edificio de la SRE que miran hacia la Alameda Central, luego tomaron un almuerzo acompañado cada uno de sus comitivas, el ministro Albares con el embajador de su país López-Dóriga y otros integrantes del gobierno español, el canciller mexicano junto a Tatiana Clouthier, de Economía, Martha Delgado, su subsecretaria, y la embajadora Moreno Toscano. Sopa tarasca, buñuelos, agua de naranja con menta y café de olla fueron parte del menú. Entre los temas tratados por los dos cancilleres estuvo la política exterior feminista, en la que coinciden ambos países, hablaron de llevar vacunas juntos a Centroamérica y de que México firme el Acuerdo Global, negociado y aceptado hace años por nuestro país que no ha sido ratificado. Para el ministro Albares, la relación con México es de primera importancia para España por sus empresas, pero también por ser uno de los países más cercanos a la eurozona. Al salir del edificio de la cancillería, el secretario español dio una conferencia para medios de su país que le comentaron de la nueva petición de “pausa” en las relaciones que había hecho la mañana de ayer el Presidente, a lo que Albares, con el colmillo que le caracteriza, respondió que para España no hay pausas sino un consolidación de la relación…Se baten los dados. Capicúa. Repetimos el tiro.