Ciudad de México.- El Teatro Metropólitan vibró con el eco de una promesa cumplida. Claudia Sheinbaum Pardo, la primera mujer en 200 años de historia en recibir la constancia de mayoría como presidenta electa de México, celebró su triunfo en compañía de aquellos que han compartido su lucha. En el escenario, su rostro reflejaba tanto la alegría de la victoria como el peso de la responsabilidad que ahora recae sobre sus hombros.
El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, en una sesión solemne, le entregó el documento que la acredita como la próxima mandataria del país. En su discurso, Sheinbaum recordó las luchas de las mujeres que, a lo largo de los siglos, han sido invisibles, pero fundamentales. “No llego sola”, dijo, evocando a las heroínas anónimas que allanaron el camino para este momento histórico. Prometió no defraudar a los mexicanos y se comprometió a respetar la independencia de los Poderes, consciente de la magnitud de la tarea que le espera.
Con la constancia en mano, el siguiente paso es dar parte a la Cámara de Diputados para que se reconozca la validez de la elección y se emita el Bando Solemne, un acto simbólico que oficializará la nueva presidencia en el Diario Oficial de la Federación. Pero este es solo el inicio de un proceso que culminará en octubre de 2024, cuando Sheinbaum tome protesta como la primera presidenta de México.
La transición con el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador se perfila como uno de los momentos más cruciales de su carrera política. López Obrador, quien ha sido su mentor y guía en la Cuarta Transformación, ha prometido una transición ordenada y ha instado a Sheinbaum a continuar con su legado, incluido un paquete de reformas que busca reformar el Poder Judicial, para que los jueces de la Suprema Corte sean elegidos por voto popular.
En este tránsito hacia la presidencia, Sheinbaum no solo enfrentará los desafíos inherentes a cualquier cambio de gobierno, sino también la expectativa de un país que mira con atención cada uno de sus movimientos. El 1 de octubre de 2024, la historia se escribirá una vez más, cuando en una sesión solemne del Congreso de la Unión, Ifigenia Martínez, figura emblemática del movimiento progresista en México, coloque la Banda Presidencial sobre los hombros de Sheinbaum, marcando el inicio de una nueva era.
La presidencia de Claudia Sheinbaum no solo representa un hito en la historia de México, sino también una prueba de que la lucha de las mujeres por la igualdad y la justicia ha rendido frutos. Ahora, la nación espera ver cómo se traducen esas promesas en realidades concretas para un país en constante transformación.
