En un ambiente cargado de simbolismo político, este 1 de octubre se llevó a cabo la ceremonia de investidura presidencial en el Congreso de la Unión, marcando el fin del sexenio de Andrés Manuel López Obrador y el inicio de la nueva administración encabezada por Claudia Sheinbaum. A las 10:30 de la mañana, el ahora ex Presidente López Obrador arribó al recinto legislativo, siendo recibido por una comisión plural de legisladores. Este momento representó un cierre histórico para el tabasqueño, cuya influencia ha moldeado el panorama político de México durante los últimos seis años.
El arribo del ex mandatario por la Avenida Congreso de la Unión estuvo acompañado por un gran despliegue de seguridad y la mirada atenta de cientos de medios de comunicación, que registraron cada paso del líder que logró consolidar la «Cuarta Transformación». En su camino hacia el pleno, López Obrador subió la escalinata principal del recinto, ingresando con paso firme por el pasillo central hasta llegar a la Mesa Directiva, donde fue ubicado a la izquierda de la emblemática figura política Ifigenia Martínez.
Tan solo 15 minutos después, a las 10:45, la Presidenta electa, Claudia Sheinbaum, hizo su entrada al recinto, acompañada por su esposo y rodeada de un ambiente solemne. Sheinbaum, al igual que su predecesor, llegó por la misma avenida, un gesto que muchos interpretan como un reconocimiento a la continuidad del movimiento político iniciado por López Obrador. La Presidenta fue recibida con respeto y reverencia por la escolta de bandera en el lobby del recinto, una tradición que refleja el paso de la estafeta presidencial.
El momento culminante fue cuando Sheinbaum, al ingresar al pleno, tomó su lugar en la Mesa Directiva, utilizando la misma escalera por la que minutos antes subió López Obrador. Con este acto, se selló oficialmente la transferencia del poder ejecutivo a una nueva administración que, si bien representa un legado del obradorismo, también busca marcar su propio camino en los años venideros.