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Corrupción y Autoritarismo: El Mal Comienzo de Beto Granados en Matamoros

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Matamoros, Tamaulipas – Octubre 8, 2024 – La administración de José Alberto Granados Fávila como alcalde de Matamoros arrancó con el pie izquierdo, dejando entrever una alarmante falta de transparencia y un preocupante abuso de poder. Desde su toma de protesta, Granados Fávila ha sido acusado de evadir los protocolos de compras y de hacer caso omiso a las normativas de transparencia que deben regir en la administración pública.

El día de hoy, el alcalde anunció con bombo y platillo la implementación de 11 rutas de transporte público escolar, asegurando que estas beneficiarían a más de mil 400 niños. Sin embargo, lo que debería ser una buena noticia se ve empañado por la revelación de que los vehículos utilizados son aparentemente usados y que el proceso de adquisición se llevó a cabo sin las licitaciones correspondientes, saltándose al cabildo y a los secretarios de Finanzas, Educación y Tránsito.

Granados Fávila se ha defendido argumentando que no violó la ley al comprar 14 patrullas, alegando que no estaba obligado a licitar. Esta declaración ha sido considerada por muchos como un acto de cinismo y terquedad, además de una clara ignorancia sobre la ley y los procedimientos administrativos que deberían guiar su gestión.

La falta de un comité de compras y transparencia en la administración de Granados Fávila no solo pone en entredicho su compromiso con la legalidad, sino que también plantea serias dudas sobre el origen de los fondos destinados a estas adquisiciones. ¿De dónde provienen los recursos para el transporte escolar y las patrullas? La administración ha dejado estas preguntas en el aire, lo que aumenta la percepción de corrupción desde sus inicios.

Durante su tiempo como diputado, Granados Fávila ya había sido objeto de burlas y críticas en redes sociales por su falta de capacidad para leer correctamente documentos en el Congreso. Hoy, esa misma falta de preparación se traduce en una gestión pública que parece operar al margen de la ley, sin ningún temor a las consecuencias.

Las buenas obras en Matamoros son innegables, pero no deben servir como cortina de humo para encubrir la falta de transparencia y el mal manejo de los recursos públicos. La ciudadanía merece saber cómo se están gestionando sus impuestos y, sobre todo, exigir cuentas a un alcalde que parece estar más enfocado en consolidar su poder que en servir a la comunidad.

La administración de José Alberto Granados Fávila no solo comienza mal; se enfrenta a la crítica y el escepticismo de una población que exige transparencia y responsabilidad. Si este es el camino que seguirá, es probable que Matamoros se encuentre ante un futuro sombrío, dominado por la corrupción y la impunidad.

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