Los grupos parlamentarios de Morena, PT y Verde en el Senado no pierden el tiempo. Este jueves llevarán al pleno la polémica iniciativa que busca establecer la «supremacía constitucional», un movimiento que, de ser aprobado, impediría que cualquier adición o reforma a la Carta Magna sea impugnada a través de controversias, acciones de inconstitucionalidad o amparos. La propuesta, presentada por los senadores Adán Augusto López Hernández y Ricardo Monreal Ávila, fue aprobada en comisiones con 24 votos a favor y 10 en contra, desatando un acalorado debate en la Cámara Alta.
La reforma original incluía modificaciones a los artículos 1, 105 y 107, que habrían limitado la interpretación y aplicación de los derechos humanos y retrotraído reformas previas. Sin embargo, tras fuertes críticas de la oposición, se eliminaron las disposiciones más controvertidas. Morena, bajo presión, decidió retirar las modificaciones a estos artículos, una decisión que la oposición consideró un «paso en la dirección correcta», pero no suficiente.
El senador del PAN Ricardo Anaya celebró que se frenara el cambio al artículo 1, pero denunció que la iniciativa de inimpugnabilidad sigue en pie, lo que, según él, refleja el «pleito personal» de Morena con el Poder Judicial. Advirtió que la reforma socava el derecho de los mexicanos a defenderse ante posibles abusos del poder.
Por su parte, el senador morenista Saúl Monreal defendió la propuesta, asegurando que no se trata de una revancha contra el Poder Judicial, sino de reafirmar que ningún poder constituido puede estar por encima del poder constituyente. «El pueblo, al decidir modificar la Constitución, no debe ser desafiado», afirmó Monreal.
A pesar de las promesas de no adelantar la discusión, la presión del Partido Verde, liderado por Manuel Velasco, aceleró el proceso. Este jueves, la iniciativa será llevada al pleno, desafiando las voces que pedían más tiempo para el análisis. Con la mayoría de Morena en el Senado, se espera una votación rápida, lo que marcará un hito en la historia constitucional del país.
La batalla en el Senado es sólo el comienzo. Si la reforma se aprueba, la Suprema Corte quedará limitada para intervenir en futuros cambios constitucionales, lo que podría tener un impacto duradero en el equilibrio de poderes en México.