En los primeros 60 días del sexenio de Claudia Sheinbaum, la violencia ha sido el telón de fondo de una administración que intenta equilibrar la contundencia de su estrategia de seguridad con el creciente desafío de los homicidios dolosos, que sumaron 4,436 entre octubre y noviembre.
Ataques armados en bares, asesinatos de figuras públicas y religiosos, y enfrentamientos entre fuerzas armadas y civiles son el crudo retrato de un país donde la seguridad sigue siendo un reto monumental. Sin embargo, hay destellos de acción gubernamental que intentan revertir esta narrativa.
Bajos y altos en las cifras de homicidios
De acuerdo con cifras de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), en noviembre se registró una ligera disminución de homicidios respecto a octubre: 2,143 contra 2,293. Esto equivale a 73 asesinatos diarios, una cifra todavía superior a los promedios del año anterior.
Guanajuato, Sinaloa y el Estado de México encabezan las entidades con mayor número de homicidios, mientras que Tabasco y la Ciudad de México registraron repuntes preocupantes. Ataques como el ocurrido en Apaseo el Grande, Guanajuato, donde un comando armado asesinó a nueve personas, son un recordatorio de que la violencia persiste pese a los esfuerzos.
Operación Enjambre: golpes al crimen y corrupción
El gobierno de Sheinbaum ha logrado capturar a más de 3,000 personas por delitos de alto impacto en estos dos meses, incluyendo figuras clave como Marcelino «El Fantasma» de Los Chapitos y Andrew Clark, «El Dictador», presunto enlace internacional del narcotráfico.
La Operación Enjambre, realizada en el Estado de México, marcó un hito al vincular a 24 servidores públicos con el crimen organizado, incluyendo la alcaldesa de Amanalco y varios mandos policiales. Este operativo, liderado por Omar García Harfuch, busca depurar las instituciones y romper lazos entre políticos y criminales.
Un desafío persistente
Aunque se ha logrado una ligera reducción en los homicidios, la violencia sigue desafiando al gobierno. Con repuntes en estados clave y ataques masivos que acaparan titulares, la administración de Claudia Sheinbaum enfrenta un dilema estratégico: cómo mantener la percepción de progreso mientras la inseguridad sigue siendo una amenaza constante.
La apuesta de la presidenta por fortalecer la coordinación entre fuerzas de seguridad y atacar la corrupción institucional será puesta a prueba en los próximos meses, en un contexto donde la violencia no solo es un problema de seguridad, sino un termómetro del pulso político en el país.#México
