Enrique Jonguitud

Ciudad Victoria, 11 de agosto.-Afectados por los gastos de renta, energía y nómina, pero sin contar con ingresos,  muchos gimnasios de Tamaulipas no reabrirán sus puertas y ya comenzaron a vender sus aparatos de ejercicio.

 “La mayoría son gimnasios pequeños y la gran mayoría no son dueños de las instalaciones y tienen que pagar renta, pero ya llevan cuatro meses sin ingresos”, afirmó Rosa María González Azcárraga, diputada local.

La secretaria de la Comisión del Deporte en el Congreso del Estado, puso de relevancia la mala situación que enfrentan los dueños de los gimnasios, al grado que muchos han optado por vender a precio de remate los aparatos y equipos con los que se ejercitaban sus clientes.

González Azcárraga también es gimnasio de boxeo en el que paga renta, servicios, y la nómina de diez empleados.

“Los gimnasios han sido de los giros más afectados, porque desde el principio de la pandemia, eso fue lo primero que se cerró, llevamos meses cerrados y a mí sí me ha tocado ver muchos que están vendiendo sus aparatos”, señaló.

La diputada del Partido Acción Nacional sostuvo “todos estamos esperando a que pasemos al semáforo naranja, para que se vea el tema de los gimnasios con una nueva normalidad, como el poder estar de poquitos en poquitos, o por citas, para que sigan funcionando”.

González Azcárraga precisó que los gimnasios son microempresas que pagan impuestos y servicios, además de generar empleos y contribuir a mejorar la salud de la sociedad.

“Creo que se debe tomar en cuenta el uso de los gimnasios como parte, quizá no esencial, pero si de lo primero que se debe de tratar de abrir y que no nos dejen en la misma categoría de los bares y los antros que tampoco pueden abrir”, dijo.

La legisladora de Tampico dijo que así como los gimnasios fueron de los primeros negocios en ser cerrados, deberían ser de los primeros giros en permitirse reabrir.

González Azcárraga, quien práctica el box como deporte, cumple seis años al frente de su propio gimnasio de boxeo: el R3, negocio que espera poder reabrir para mantener su plantilla laboral de diez empleados sin tener que despedir a nadie.