La destrucción de la narrativa ‘pobrista’ del ala bolivariana vino desde dentro.
El discurso de John Mill Ackerman del reparto de la riqueza como justicia social y el discurso anticorrupción de Irma Sandoval se derrumbó con la visibilidad de su vida esplendorosa a costa de los privilegios del neoliberalismo.
Al desnudar a Ackerman como catrín, recurrió a lo que el manual bolivariano le dicta, ser la víctima. Primero acusó a la BOA, dado el reclamo popular para desconocer su nombramiento ante el INE y al no encontrar eco del ala institucional se volcó contra Ricardo Monreal, quien socarronamente había dado una entrevista a Carlos Loret con consecuencias y medidas ya sopesadas de antemano.
Para un zorro viejo como Monreal, al iniciar una guerra «intestina» como la que se está dando, es porque sabe que tiene medidas las batallas y la victoria en la bolsa.
El ala bolivariana de Morena ha sido brutalmente sacudida recientemente por diversos movimientos, primero Nahle por su desastrosa gestión energética, después Yeidckol Polenvnsky por su manejo financiero al frente de Morena, Claudia Scheimbaum por contratar médicos cubanos y por último el matrimonio Sandoval Ackerman por su bonanza económica, que si bien pudo ser obtenida de manera honesta, contradice su discurso de justicia social.
El ala pragmática del gobierno empieza a acelerar de cara a 2021. Ebrard ha demostrado ser eficiente y centrado. Esteban Moctezuma se mantiene incólume en Educación y en el poder legislativo Mario Delgado y Ricardo Monreal son leales a López Obrador pero han moderado su discurso amoldándolo a la vieja agenda priísta de centro izquierda.
Viene una agenda de proporciones fenomenales donde los «progres» clamarán por la supervivencia ante el enemigo que siempre tuvieron en casa. El PRI.
López Obrador está entre la espada y la pared, no puede prescindir de la operatividad de Monreal pero su corazón bolivariano va a buscar conciliar ante la disputa interna que amenaza destrozar su partido como ya sucedió con la guerra de tribus en el PRD.
Jiribilla
No nos extrañe si los bolivarianos estructuran una campaña negra a los hermanos Monreal y sus aliados.