Los Ángeles, California.— La madrugada del domingo marcó un punto de quiebre en la crisis migratoria que sacude Estados Unidos. Tropas de la Guardia Nacional comenzaron a llegar a la ciudad como parte del despliegue de 2 mil efectivos ordenado por el presidente Donald Trump para contener las protestas contra las redadas migratorias masivas iniciadas el viernes.
El mandatario responsabilizó a la “izquierda radical” por los disturbios que entran ya en su tercer día consecutivo en la llamada “Ciudad de las Estrellas”. A través de su red Truth Social, Trump lanzó una advertencia:
“Estas protestas de la izquierda radical, por instigadores y alborotadores pagados, no serán toleradas. A partir de ahora, no se permitirá el uso de máscaras en las protestas. ¿Qué tienen que ocultar?”
En un tono desafiante, Trump también aprovechó para arremeter contra el gobernador de California, Gavin Newsom, al que llamó despectivamente “Nuevaescoria” («Newscum»), y contra la alcaldesa Karen Bass, acusándolos de incompetencia en el manejo de crisis, aludiendo incluso a incendios pasados.
Violencia, gas lacrimógeno y detenciones
Durante la noche del sábado y madrugada del domingo, la Policía de Los Ángeles y agentes federales declararon ilegales varias concentraciones en el centro, particularmente en la ciudad de Paramount, donde se registraron enfrentamientos cerca de un Home Depot, frente a oficinas del Departamento de Seguridad Nacional.
Los choques entre activistas, ciudadanos y fuerzas de seguridad dejaron múltiples heridos por balas de goma, granadas aturdidoras y gas lacrimógeno. Manifestantes denunciaron que las tácticas usadas fueron de tipo militar, con cercos móviles, expulsiones por la fuerza y detenciones arbitrarias.
Protestas por redadas migratorias
Las protestas estallaron tras las redadas migratorias ejecutadas en el condado de Los Ángeles que derivaron en la detención de al menos 35 migrantes mexicanos, según reportes preliminares. Organizaciones de derechos humanos calificaron la operación como una agresión sistemática contra comunidades vulnerables, y acusaron al gobierno federal de provocar una escalada de violencia con fines electorales.
En la ciudad de Paramount, tres personas fueron arrestadas tras presuntamente agredir a oficiales. Mientras tanto, decenas de activistas continúan organizando nuevas movilizaciones para exigir el cese de las detenciones masivas y el respeto a los derechos humanos de los migrantes.
La tensión continúa. Grupos civiles, iglesias y redes consulares han comenzado a movilizarse para brindar asesoría legal y refugio temporal a quienes temen ser arrestados en los próximos días.