Chilpancingo, Guerrero. – El ciclo de violencia en Guerrero continúa sin freno. Este domingo, el alcalde de Chilpancingo, Alejandro Arcos Catalán, fue asesinado a tan solo tres días de haber asumido el cargo. Su cabeza fue hallada en el toldo de una camioneta en la colonia Villas del Roble, un hallazgo que profundiza la crisis de ingobernabilidad en la entidad.
La tragedia se desató el jueves 3 de octubre, cuando se reportó el asesinato de Francisco Gonzalo Tapia Gutiérrez, secretario general del Ayuntamiento de Chilpancingo. En una súplica desesperada, Arcos Catalán había pedido a la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, y a la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, que brindaran protección a él y a su equipo. Sin embargo, su llamado fue ignorado, evidenciando la fragilidad de la seguridad en la región.
Alejandro Arcos tomó posesión de su cargo el lunes 30 de septiembre, comprometido a trabajar por el progreso de su comunidad. “Han asesinado a nuestro alcalde de Chilpancingo, Alejandro Arcos, y hace apenas tres días al secretario de este mismo Ayuntamiento, Francisco Tapia. Llevaban menos de una semana en el cargo. Funcionarios jóvenes y honestos que buscaban progreso para su comunidad. Nuestro pésame y solidaridad para sus familias”, lamentó Alejandro Moreno, presidente nacional del PRI, a través de sus redes sociales.
El partido, que condenó enérgicamente el ataque, exigió justicia y un alto a la violencia en Guerrero, manifestando: “Exigimos justicia por este cobarde crimen. ¡Basta ya de violencia e impunidad! Las y los guerrerenses no merecen vivir con miedo”.
La Fiscalía General de Guerrero ha iniciado una carpeta de investigación para determinar las circunstancias del asesinato de Arcos Catalán. En un comunicado, la institución anunció que agentes de la Policía Investigadora Ministerial y de Servicios Periciales se trasladaron al lugar de los hechos para recolectar pruebas que ayuden a esclarecer el homicidio del edil.
La sociedad guerrerense se encuentra atónita ante la escalofriante secuencia de violencia que ha cobrado la vida de sus líderes. La falta de respuesta efectiva de las autoridades ha dejado a la población en un estado de desesperanza, y el llamado a una mayor seguridad y justicia resuena con más fuerza que nunca.
El ciclo de violencia en Guerrero sigue rompiendo techos de cristal, dejando claro que la seguridad y la paz en la región son cuestiones urgentes que deben ser atendidas de inmediato.