Los daños colaterales de Pío

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Un mes ya desde que vimos a Pío López Obrador arrebatando bolsas de dinero y escribiendo su biblia, chingaos, y desde que AMLO ordenó que explicara a las autoridades de qué iba el asunto.

Pero no, no ha habido investigación ni declaración y de las bolsas nunca más se supo nada; la única consecuencia fue que Lozoya desapareció: su videoteca resultó inofensiva ante el arsenal que posee Peña Nieto.

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Pero Lozoya cumplió, así que su libertad está garantizada.

No es casual el trato preferencial que ha recibido: evadió la cárcel aduciendo una enfermedad que los españoles, que lo tuvieron en cautiverio varios meses, desconocían; y después de superar en hospital de lujo el padecimiento imaginario, se fue a la mansión que el gobierno hizo el favor de regresarle. Desde ahí, en fiestas con buenos vinos y mejor comida, espera tranquilamente a que el barroco sistema judicial mexicano consume la farsa.

En suma, Lozoya ganó su libertad ofreciendo testimonios para hundir a Peña, testimonios que Peña Nieto destrozó con tres videos de Pío, y Pío está blindado porque es el hermano de AMLO y además tiene mucho qué decir sobre el negocio familiar, la recaudación ilegal de dinero, por si se les pasa por la mente traicionarlo.

La impunidad forzada de Pío es la impunidad de todos y además una burla a la esperanza del pueblo bueno.

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Por cierto, esa burla se está difuminando frente a un nuevo drama: la consulta para enjuiciar expresidentes.

Es tan obvia la intención de distraernos ahora con esta lactancia que da pena, pero la raza de bronce está atrapada entre el inevitable rencor al prian y una fe en AMLO que a estas alturas puede parecer terquedad si gustan, pero es lo único que le queda antes de aceptar que otra vez fue engañada.

La SCJN declarará inconstitucional la consulta, lo supimos ayer por el proyecto presentado por el juez Luz María Aguilar, y le sobra razón.

Uno de los argumentos para rebatir la petición de AMLO fue este: “no está justificado por qué a algunas personas se les somete al escrutinio público para determinar si se les debe investigar y, en su caso, sancionar penalmente, mientras al resto de las personas no se les da el mismo tratamiento”.

Así es: ¿de qué gracia disfrutan los expresidentes para que AMLO solicite una consulta para decidir mediante sufragio si se les enjuicia cuando, tratándose de usted, de mí o del vecino, es suficiente con una denuncia ministerial? ¿Por qué la 4T le concede a los expresidentes el mismo privilegio que a Pío?

Peor aún: durante muchos años AMLO denunció pruebas en mano la enorme corrupción de los mandatarios y eso, más el hartazgo ciudadano, le arrimaron 30 millones de votos que depositamos en las urnas con instrucciones precisas: limpiar los establos y ajustar cuentas.

Pero Obrador perdió 2 años preciosos enlazando pretextos para no proceder y sólo ahora, empujado por la urgencia electoral, armó una consulta innecesaria cuando basta que presente sus pruebas ante la FGR para que proceda la justicia.

En los meses siguientes el pueblo bueno se atragantará de mafia de poder, jueces “corructos”, encubridores inmundos y ridículas invitaciones a votar por el MoReNa para castigar al prianismo, cuando esa guerra ya la perdieron porque todos los criminales de esta historieta fueron absueltos en el instante mismo en que Pío agarró las bolsas de dinero y escribió la cantidad en un versículo de su Biblia, chingaos, y alguien lo grabó para recordarle a AMLO que entre bohemios no se aplauden.

Besitos.

Tantán.